lunes, 13 de febrero de 2012

Populismo Desechable

Es esa época del año otra vez. Muy pronto nuestras calles estarán inundadas de lonas, folletos, mantas y demás publicidad desechable con la cara sonriente de hombres y mujeres gestionando tu voto por ellos.

Una explosión multicolor populista. 

Como cada trienio, los topes de campaña serán rebasados con el fin de taladrar nuestro cerebro y dentro plantar una semilla con el nombre del candidato. Puerto Vallarta está muy lejos de las campañas propositivas; aquí el que haga más ruido, el que pegue más calcas, el que tenga más menores de edad con sus playeras en la calle y el que rife más carros es el chingón.

En este momento todos son del barrio, todos son amigos del pueblo, comparten su dolor y sufrimiento. Ellos que vienen desde abajo y también sufrieron carencias, saben lo que es vivir al día, saben lo que es no tener para comer. Y después mágicamente esa identidad con el pueblo desaparece, casi al mismo tiempo que toda la publicidad deslavada por la sobre exposición al sol desaparece también. 

No hay forma de escapar, incluso si cerráramos los ojos ante el sonriente candidato con el pulgar arriba, existe la reciente moda de tomar una canción popular y modificar su lírica con otra más adecuada a ensalzar las cualidades del pretendiente. Usualmente una canción de banda de las más enfadosas, para que no podamos sacarla de nuestra cabeza.

Eso resume toda la estrategia de campaña de los candidatos a la presidencia municipal, pero no voy a ser tan pretencioso como para echarle la culpa a los coordinadores de campaña genéricos, no. Esto va más allá, el pueblo es el que ha modelado ésta estrategia. Acostumbramos a los políticos a que con un papelito, un regalito y una despensita tenemos.

Las elecciones pasadas los vallartenses demostraron que no votan por un candidato si no por un partido, y ahí reside el problema. Un funcionario público debería rescindir de su partido para ocupar su cargo. La gente no votó por Chavita, la gente votó por el PRI. Las consecuencias todos las podemos ver en este momento. Independientemente de mi opinión, hay un descontento con el actual alcalde entre la población Vallartense. 

Con todo esto no estoy promocionando el voto a ningún partido en particular, lo que realmente deseo fomentar es que antes de ver el logo blanquiazul, tricolor o el del solecito, veamos al hombre que enarbola la causa y a su equipo de trabajo también. 

Hay que votar de forma inteligente, desapasionada y racional. Este año votarán muchos jóvenes por primera vez en su vida, sean conscientes de que el voto es un derecho y una obligación. Anular el voto es una tontería, pero aún peor es votar por votar, regalar el voto al señor ese nada más porque está guapo o porque una vez me regaló un balón. 

Es nuestra obligación estar informados y conocer las propuestas de todos los candidatos. Eso y comprar audífonos con aislante de ruido.


Serge.

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