miércoles, 1 de septiembre de 2010

Electricidad.

La tecnología además de volverte pendejo, tiene también la capacidad de volverte inútil; entiendo bien que la intención de la tecnología desde la rueda y la palanca ha sido facilitar la vida y el trabajo al hombre común y huevón, digo, corriente. En estos días este apoyo al trabajo humano ha llegado incluso a lo mental, las tecnologías, sobretodo las de comunicación, se han vuelto una especie de manual de la manera de expresarse, de ver, de escuchar y de consumir todo lo que está al rededor del hombre moderno. Eso ya lo había mencionado antes, pero me vale madre y lo repito. Ahora bien esto además de afectar la manera en que nos comunicamos, nos vuelve unos viles huevones intelectuales, porque si bien puedes considerarte una persona pensante, consciente de su entorno, crítico o todas la porras que te quieras echar, puede no ser un trabajo completo. Me explico, son tantas la horas que pasan algunas personas sumidas en el mundo cibernético, (ta' bien que dije que toda la tecnología, pero mejor me clavo en esto) que su toda su comunicación se convierte en una constante repetición de lo que ve, lee y escucha en los internetes. Pasa por el proceso del que pensar, pero las TIC le ahorran el proceso, porque qué hueva, de cómo pensarlo, es por eso que luego hay tanto prejuicio pendejo que tenemos en la maceta de cosas que no se sabe ni que chingados.

Pero que pasaría si de pronto esos espacios se ven cerrados, no digamos para gente que vive en espacios rurales y le son de difícil acceso, si no a personas, que estaban acostumbrados a ellos e incluso se le habían vuelto una adicción. Hace una semana viví una situación cómo esta. En Ocotlán, es muy común que los estudiante se abran al carajo y abandonen los lugares en los que habitan a la suerte que el señor de la misericordia quiera depararles, entonces cuando regresan, luego de sus "merecidas" vacaciones se encuentren con que su casa está privada de un servicio tan común como la electricidad, y para agregarle más chingonería, la bomba del agua funciona con electricidad, entonces se ven regresados a los tiempos de cuando se iba a dormir en cuanto se iba el sol y para el agua, pues a sacarla de un pozo. Obvio, tampoco se puede ver la tele, escuchar música, salvo por radio a pilas, que salen bien pinches caras y contaminan cómo la chingada, menos pensar en las computadoras y de pura mamada el internet. ¿Qué se hace en estos casos? Estar al borde la locura.

Si bien puedes ir a robarle luz a la universidad, internet no se puede, porque el CUCI, escuela a la que asisto, tiene la red inalámbrica más jodida del mundo, agua, pues ni modo que te bañes en los aspersores que mantienen verde y bonito el campus. Es en momentos cuando no hay faisbuc, ni el llutubi, ni el mesinyer ni los blojs esos que te hacen reír o te dicen que pensar, que el cerebro medio se sacude el oxido y empieza a intentar carburar otra vez. Algunos de nosotros estamos demasiado cómodos en la manera en que vivimos y pensamos, me caga usar la expresión pero estamos sumidos en una zona confort, donde la tecnología hace todo por uno. Da flojera pensar y es bien chingón para algunos encontrar canales que ahorran el esfuerzo con solo mover el dedo. Se recomienda cuidado para no terminar siendo un esclavo de la tecnología, bueno adicto para no ser tan pinche dramático, es una herramienta, no un fin.

Ulises Silva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario